Puede
que todavía tenga algunas de las molestias que tuvo
durante su segundo trimestre, pero ahora notará que
debe ir al baño más a menudo o que tiene más
dificultad para respirar. Esto se debe a que el bebé
está creciendo y aplicando más presión sobre sus
órganos. No se preocupe, su bebé está bien y estos
problemas disminuirán una vez que haya dado a luz.
También puede experimentar algunos de los siguientes
cambios:
Acidez estomacal
A medida
que su bebé crece, su útero presiona contra su
estómago y puede causar acidez estomacal,
especialmente antes de acostarse o inmediatamente
después de comer. Continúe evitando los alimentos
grasosos y fritos, y aliméntese mediante seis a ocho
comidas pequeñas en lugar de comidas grandes.
También puede beber pequeños sorbos de leche o
consumir pequeños trozos de hielo picado. Si su
acidez estomacal es grave y no mejora siguiendo
estos consejos, consulte a su médico. Hable también
con su médico antes de tomar un medicamento
antiácido.
Hinchazón
A medida
que se acerca al fin de su embarazo, puede que note
más hinchazón que antes, especialmente en sus
tobillos, sus dedos y su rostro. Continúe bebiendo
mucho líquido (lo mejor es el agua) y descanse
cuando pueda con sus pies levantados del piso. Si
nota una hinchazón súbita y extrema en cualquiera de
estos lugares, o aumenta de peso en forma rápida y
significativa, llame a su médico de inmediato. Esto
puede ser señal de preeclampsia o toxemia.
Hemorroides
Puede
que ahora comience a sentir más molestias por las
hemorroides debido al aumento en la presión que su
bebé en crecimiento ejerce sobre las venas de su
recto. También puede estar constipada, lo que
empeora las hemorroides porque puede estar
esforzándose para evacuar los intestinos. Trate de
evitar las hemorroides bebiendo mucho líquido y
consumiendo muchos cereales integrales, verduras de
hoja verde crudas o cocidas, y frutas. Intente no
esforzarse para evacuar los intestinos, y siempre
consulte a su médico antes de tomar un laxante.
Sensibilidad en los senos
Lo más
probable es que sus senos hayan aumentado en tamaño
y amplitud a medida que avanzó su embarazo. Al
acercarse al fin de su embarazo, las hormonas de su
cuerpo hacen que sus senos crezcan aún más para
prepararse para la lactancia. Puede que sus senos se
sientan rellenos y pesados, y pueden estar sensibles
o incómodos. Usar un sostén de maternidad o
lactancia que le quede bien le ayudará a estar más
cómoda, porque este tipo de sostén le provee soporte
adicional. Algunas mujeres embarazadas comienzan a
tener pérdidas de colostro en su tercer trimestre.
El colostro es la primera leche que sus senos
producen para su bebé. Es un fluido espeso y
amarillento que contiene anticuerpos que protegen a
los bebés recién nacidos de las infecciones. Si las
pérdidas son un problema, puede comprar protectores
de lactancia desechables o de tela para colocar
dentro de su sostén, que puede continuar utilizando
cuando esté amamantando a su recién nacido.
Tanto
ahora como después del parto, es una buena idea
lavar sus pezones sólo con agua y no con jabón. El
jabón puede hacer que la piel de sus pezones se
seque, se irrite y se agriete. Si tiene grietas en
la piel, que pueden ser dolorosas, use una crema más
densa que contenga lanolina para humectar más.
Su bebé
aún está creciendo y moviéndose, pero ahora tiene
menos espacio en su útero. Debido a esto, puede que
no sienta las patadas y los movimientos tanto como
durante el segundo trimestre. Durante esta última
etapa de su embarazo, su bebé continúa creciendo.
Aún antes de nacer, su bebé podrá abrir y cerrar sus
ojos, y hasta puede que se chupe el dedo. A medida
que su cuerpo comienza a prepararse para el
nacimiento, su bebé comenzará a colocarse en su
posición de parto. Puede que note que su bebé “cae”
o se mueve más abajo en su abdomen. Esto puede
reducir la presión sobre sus pulmones y su caja
torácica, facilitando su respiración y haciendo que
no se quede sin aire tan rápidamente. Al acercarse a
su fecha de parto, el cuello de su útero se torna
más delgado y más blando (lo que se denomina “borramiento”).
Esto es un proceso normal y natural que ayuda a que
el canal de parto (vagina) se abra durante el
proceso de parto. Su médico puede controlar su
avance mediante un examen vaginal. Además, las
visitas a su médico pueden ser más frecuentes
durante el mes anterior al parto. El bebé promedio
tiene entre 20 y 22 pulgadas de longitud y pesa
aproximadamente 7 libras y media al nacer, pero
cualquier peso entre 5 libras con 11 onzas y media,
y 8 libras con 5 onzas y tres cuartos, es un peso
sano para los recién nacidos.
Visitas y exámenes
Asegúrese de continuar visitando a su médico, y
pídale que conteste sus preguntas y aborde sus
inquietudes en cuanto a los trabajos de parto y el
parto mismo. A medida que se acerque el nacimiento
de su bebé, usted y su médico hablarán sobre qué
tipo de parto desea tener. Algunas mujeres necesitan
una cesárea, en la que se hace una incisión
quirúrgica en el abdomen y el útero para sacar al
bebé. Si puede planificar un parto vaginal no
quirúrgico, puede que quiera tener a su bebé en
forma natural, sin medicamentos, y puede que desee
tomar una clase de parto. Muchas mujeres consideran
muy útiles las clases de parto, aunque ya hayan
tenido un bebé anteriormente. Además, las mujeres
también traen a su pareja o a una amiga o pariente a
estas clases, especialmente si esta persona estará
con ellas para brindarles apoyo y ayuda durante el
nacimiento de su bebé.
La
inducción de los trabajos de parto
¿Sabía
que sólo el cinco por ciento de los bebés nace en la
fecha aproximada de parto? Si su fecha aproximada de
parto ha pasado, esto es normal y no significa que
haya un problema. En algunos embarazos, sin embargo,
puede que el médico esté preocupado sobre la salud
del bebé o la suya, y sea necesario inducir los
trabajos de parto. Inducir los trabajos de parto
significa que su médico, por medios artificiales,
hará que comiencen sus trabajos de parto. La mayor
parte de los médicos espera una o dos semanas
después de la fecha estimativa de parto antes de
considerar la inducción. Entre las razones por las
que una mujer puede necesitar que sus trabajos de
parto sean inducidos se encuentran las siguientes:
-
Puede
que una mujer padezca una enfermedad crónica como
la hipertensión arterial o la diabetes que pone en
peligro la salud del bebé.
-
Puede
que el bebé no esté creciendo bien dentro del
útero. A veces, el útero puede tornarse insalubre
para el bebé.
-
Puede
que las membranas que rodean al feto se rompan (rompimiento
de la bolsa) sin que la mujer comience
naturalmente los trabajos de parto en un tiempo
razonable.
Los
trabajos de parto pueden inducirse durante un examen
vaginal. Su médico puede romper las membranas que
rodean al feto o insertar un gel o un supositorio
que contiene una hormona que estimula las
contracciones. Se puede administrar un medicamento
llamado Pitocin por vía intravenosa (puesto en su
cuerpo por medio de una vena en su brazo o mano)
para iniciar las contracciones.
La
decisión de amamantar o utilizar el biberón
Si
no ha pensado acerca de si amamantará a su bebé o lo
alimentará con un biberón, este es el momento para
aprender más acerca de ambas opciones, y tomar la
decisión sobre qué planea hacer. La lactancia tiene
muchas más ventajas para su salud y la de su bebé
que la fórmula. Hable de la lactancia con su médico
o con un pediatra, y luego tome una decisión que sea
buena para usted.
Haga clic aquí para aprender
más acerca de los beneficios de la lactancia, de
cómo hacer que ésta le sea beneficiosa, y para leer
consejos sobre la lactancia luego de su regreso al
trabajo.
Antes de
su fecha de parto, asegúrese de preguntarle a su
médico cómo puede ponerse en contacto con él si
comienzan sus trabajos de parto. También es útil
conocer por adelantado el hospital o la maternidad,
saber dónde debe estacionar y dónde hacer la
admisión. Sepa que a veces puede creer que tiene
trabajos de parto pero no tenerlos (llamados
trabajos de parto falsos). Esto le pasa a muchas
mujeres, por lo que no debe sentirse avergonzada si
va al hospital segura de que tiene trabajos de parto,
¡y la envían de regreso a su casa! Siempre es mejor
que la vea un médico lo antes posible después de que
comiencen los trabajos de parto. Aquí están las
señales de los trabajos de parto verdaderos:
Señales de los trabajos de parto
-
Contracciones, a intervalos regulares y
decrecientes, que aumentan en intensidad.
-
Dolor en la parte inferior de la espalda que
no desaparece. Puede que también tenga
sensaciones premenstruales y retortijones.
-
Se
rompe su bolsa (puede ser un gran chorro o un
goteo continuo) y tiene contracciones.
-
Secreciones mucosas con sangre (parduzcas o
teñidas de sangre). Este es el tapón mucoso
que obstruye el cuello del útero. Los trabajos
de parto pueden suceder en cualquier momento,
o días más tarde.
-
El
cuello de su útero se está dilatando (abriendo)
y tornándose más delgado y blando (también
denominado borramiento). Durante el examen
pélvico, su médico podrá decirle si esto está
sucediendo.
|
Asegúrese de continuar con los comportamientos
saludables que aprendió durante su primer trimestre.
Muchas mujeres embarazadas se sienten muy bien
durante su último trimestre y tienen mucha energía.
Sin embargo, puede que su energía disminuya al
entrar en su noveno mes, y que usted comience a
aminorar el paso. Esto es completamente normal. Es
importante descansar lo suficiente en este momento,
aunque puede resultarle difícil dormir a medida que
crece en tamaño. Puede que los movimientos de
estiramiento de su bebé, el tener que orinar más a
menudo y un aumento en el metabolismo de su cuerpo
interrumpan o perturben su sueño. Además, si tiene
calambres en las piernas, esto también puede afectar
su sueño.
Puede
que duerma mejor si intenta evitar consumir grandes
comidas en las tres horas antes de irse a dormir.
También puede intentar hacer un ejercicio tranquilo
como caminar, que puede ayudar a aliviar el estrés y
mejorar el sueño. Evite las siestas largas durante
el día. Si no puede dormir porque está nerviosa
porque va a ser madre o por los trabajos de parto y
el parto mismo, intente hablar con su pareja o con
amigas que hayan pasado por lo mismo. También puede
hablar con su médico o su enfermera.
Las
mujeres embarazadas aumentan de peso a distinto
ritmo, pero en promedio es normal aumentar
aproximadamente una libra por semana, o alrededor de
tres o cuatro libras por mes, durante el tercer
trimestre. Al final de su embarazo deberá haber
aumentado, en promedio, entre 25 y 30 libras.
Aproximadamente 7 libras y media de ese peso
corresponden al bebé. |