La adicción es una enfermedad primaria o más bien un síndrome
constituido por un conjuntos de signos y síntomas
característicos.
A pesar de que la manifestación clínica de la adicción
dependen además de las características individuales de
personalidad de cada adicto, así como de las circunstancias
socio-culturales que lo rodean, los síntomas siguen siendo
característicos de la enfermedad.
Además se hace mucho mas impactante realizar que estos
síntomas están presentes aunque la adicción sea de carácter
químico o conductual, sin que esto haga una diferencia
importante en el cuadro básico sintomático que llamamos
adicción.
Algunas de los síntomas y características de la adicción son
descritas aquí con la intención de poder comprender mejor el
funcionamiento de esta enfermedad:
Pérdida de control del uso, caracterizada por episodios de
uso compulsivo que llevan a la inversión de tiempo y energía
importantes en la conducta adictiva, de modo que cada vez mas
el adicto funciona con mas dificultad en su vida en general.
Mientras el adicto insista en usar, el descontrol seguirá
afectándolo.
Daño o deterioro progresivo de la calidad de vida de la
persona debido a las consecuencias negativas de la práctica de
la conducta adictiva. Este deterioro se da en todas las áreas
de la vida del adicto y se produce de manera progresiva, a
través de las distintas etapas de la enfermedad adictiva.
Uso a pesar de daño, lo cual se manifiesta como la practica
continuada de la conducta adictiva, a pesar del daño personal
y familiar involucrado como consecuencia de la adicción. Este
síntoma es característico de la adicción y cuando se presenta
es un marcador importante para el diagnostico.
Negación o Autoengaño cuya función es la de separar al
adicto de la conciencia que las consecuencias que la adicción
tienen en su vida. De esta manera se reduce la ansiedad y
además se protege el sistema adictivo, estableciéndose un
equilibrio enfermo, del cual el adicto se resiste a salir, y
que además es la razón por la que el adicto insiste en volver
a usar aun luego de una crisis.
La Memoria Eufórica es un proceso de memoria selectiva
mediante el cual, de manera automática, aflora un recuerdo de
la euforia asociada con episodios de uso en el pasado. NO se
recuerdan el sufrimiento o las consecuencias negativas. POr
esta razón la memoria eufórica es un factor importante en las
recaídas y en facilitar el autoengaño característico de la
adicción.
El Pensamiento Adictivo se le denomina al conjunto de
distorsiones del pensamiento propias de la adicción, además de
la negación y el autoengaño, estas distorsiones tienden a
facilitar el proceso adictivo y despegan al adicto de la
realidad de sus enfermedad.
La Conducta de Búsqueda es un conjuntos de conductas
aprendidas durante el proceso adictivo que de manera
subconsciente acercan al adicto con la sustancia o con la
conducta de su adicción, así como a las personas, lugares o
situaciones relacionadas con su adicción. Esta conducta es
evidente para los que observan al adicto, pero no así para
el adicto quien no se da cuenta del riesgo.
Los Deseos Automáticos son disparados por las situaciones,
los lugares y las personas relacionadas con el uso, de modo
que evocan memorias eufóricas asociadas a deseos de usar que
se acompañan de ansiedad e ideas repetidas de uso. Estos
deseos se siguen presentando por
meses aun luego que el adicto este en abstinencia y en
recuperación.
Obsesión o preocupación excesiva con respecto a las
situaciones de uso y relacionadas con el uso ya sea consumo de
sustancias psicotrópicas o practicas de conductas. Esto lleva
a invertir una energía mental desproporcionada en el proceso
de adicción que resta a las actividades vitales importantes
del adicto.
Congelamiento Emocional producto de los cambios bioquímicos
en el cerebro y además de las distorsiones psico-emocionales
del proceso adictivo. Dificultad para identificar, manejar e
interpretar los sentimientos, así como una actitud de
intolerancia a algunas emociones, buscando el uso como una
forma de anestesia emocional.
Estos síntomas se pueden presentar todos juntos o de manera
selectiva y con distinta intensidad en un momento dado, así
como pueden variar a lo largo del tiempo y con el avance de la
enfermedad adictiva.
La
Adicción como Enfermedad
Uno de los problemas mas grandes en el estudio de la adicción,
es de que a pesar de la gran cantidad de información y
estudios científicos de las últimas décadas, todavía la
población general persiste en cultivar ciertos mitos acerca de
la adicción, que dificultan su comprensión y tratamiento. Uno
de esos mitos es de que la adicción proviene de una falla
moral o de una personalidad defectuosa, y que esto es así
porque el adicto es fundamentalmente "inmoral" o "malo" y
merece castigo.
Es comprensible que las personas expuestas a la adicción de
otros se impacten con el comportamiento totalmente ilógico del
adicto, especialmente si son testigos del deterioro progresivo
de un familiar o persona cercana afectivamente. Sin embargo es
precisamente ese comportamiento distorsionado el que es sintomatológico de la enfermedad de la adicción.
Los estudios más recientes demuestran que el cerebro de las
personas adictas es un cerebro que ha cambiado
neuroquímicamente. Ese cambio neuroquímico se manifiesta en
una alteración de los procesos cognitivos y de la conducta,
especialmente de aquellos patrones de conducta asociados con
la búsqueda y consumo de drogas.
Las personas que se han enfermado con adicción, tienen una
química cerebral secuestrada que cada vez hace más difícil que
el enfermo controle su consumo de drogas. Por otro lado este
descontrol bioquímico se acompaña de una creciente defensa
psicológica, que en cierta forma va despegando al adicto de la
realidad que esta viviendo, de manera selectiva. Este
autoengaño produce una falta de conciencia de las posibles
consecuencias que volver a consumir traerán, minimizando así
los costos personales y sociales.
Estos cambios se hacen de manera progresiva y selectiva, de
modo que existen varias fases del proceso adictivo y en casi
todas la persona puede conservar su inteligencia y la
habilidad para funcionar excepto en asuntos relacionados con
su consumo.
De este modo, la compulsión o descontrol del consumo, se
presenta cuando el adicto comienza a ingerir la sustancia y
produce una pérdida de control del consumo, lo que se traduce
en la ingestión de grandes cantidades de sustancias, inversión
de mucho tiempo y energía en el consumo y todas las
consecuencias que esto genera en las relaciones personales y
las responsabilidades de la persona.
Esto no significa que los adictos no sean responsables por lo
que ellos hacen, sino que su conducta adictiva es el reflejo
de cambios patológicos en la bioquímica del cerebro.
Estos cambios bioquímicos son producidos por la estimulación
del cerebro predispuesto genéticamente del adicto, que genera
una reacción exagerada al consumo y que distorsiona el sistema
neural de la recompensa y los instintos, por ende la conducta.
La situación es similar a la del paciente que sufre de
diabetes mellitus, la cual se produce por un desorden en el
mecanismo de acción de la insulina y de la regulación de la
glucosa en el cuerpo.
Es interesante que enfermedades tales como los desordenes
cardíacos, son manejados con estrategias integrales y un grado
de comprensión que incluye la prevención, intervención y
tratamiento, de manera que a nadie se le ocurriría si quiera
pensar que, un paciente con un infarto, merece ser castigado
por haber tenido tan poco cuidado con su dieta, y menos
sugerir de que no merece tratamiento.
Por otro lado, condiciones tan estigmatizadas inicialmente,
como el HIV y el SIDA, han sido rápidamente entendidas y
aceptadas como enfermedades tratables, y el estigma ha quedado
relegado a los obtusos que se empeñan en no entender la
realidad en la que viven.
La adicción es una enfermedad que es tan antigua como el
hombre mismo y la cantidad de personas afectadas directa o
indirectamente por esta enfermedad es mayúsculo.
Los estudios realizados confirman una
predisposición genética, cambios neuroquímicos precisos, un
curso y sintomatología predecibles y buena respuesta al
tratamiento.
De los grandes pasos que se han dado en este sentido se
incluyen la elaboración de los criterios diagnósticos para
dependencia química del DSM-IV e ICD-10, y el establecimiento
de la Medicina de la Adicción como una nueva especialidad
médica en 1987 por la Asociación Americana de Medicina de la
Adicción
(ASAM)
y la Asociación Americana de Medicina (AMA).
Aun así, los sistemas de salud pública, continúan en negación,
resistiéndose a ver la evidencia científica actual, negándose
a incluir en sus presupuestos los tratamientos para los
enfermos de adicción y sus familias.
En el tratamiento de la adicción el concepto
de enfermedad es proviene de la evidencia clínica a lo largo
de décadas, de la investigación científica y de la correcta
práctica médica. Además resulta útil para lograr la auto
comprensión que los pacientes necesitan para poder
recuperarse. Ayuda a eliminar el estigma asociado y se abren
las posibilidades de atención en salud para un problema que,
sin duda, se ha convertido en uno de los problemas de salud
pública mas importantes de este siglo.
Las Causas
de la Adicción
La adicción es una enfermedad compleja de naturaleza bio-psico-social.
O sea que las causas de la adicción son múltiples e
interaccionan de una manera compleja para producir el desorden
adictivo. Su etiología no lineal, multifactorial y sistémica
hace difícil comprenderla con una visión lineal o simplista
de: una causa – un efecto.
Este hecho es además importante en el tratamiento de estos
desórdenes pues cada persona es diferente y muestra distintos
matices del problema de modo que es necesario individualizar
cada caso y realizar un estudio amplio de la historia personal
y familiar antes de hacer un diagnóstico.
Factores biológicos, genéticos, psicológicos y de
personalidad, socio-culturales y familiares se unen en una
interacción multisistémica produciendo primero la
predisposición y luego con la exposición al factor
desencadenante, que podría ser: sustancias psicotrópicas,
juego, sexo, relaciones, comida, etc.; se evoluciona hacia la
consolidación del proceso patológico llamado adicción.
Numerosos estudios han demostrado que la
adicción al alcohol es mas frecuente en familiares de
alcohólicos, que en familiares de personas no-alcohólicas; de
modo que los hijos de alcohólicos muestran una probabilidad 3
o 4 veces mayor de desarrollar el desorden alcohólico (Schuckit,
1987; Cotton, 1979). Para separar la influencia de los
factores de crianza y los genéticos, se han realizado estudios
con gemelos adoptados que han sido conclusivos en la
existencia de factores genéticos predisponentes (Prescott &
Kendler, 1995)
Durante los últimos 25 años los científicos han realizado
avances grandiosos que nos ayudan a entender mejor la
etiología y dinámica de la adicción. Se han identificado los
receptores primarios de casi la mayoría de las drogas de abuso
(NIDA, 1994, 1996; Kilty, Lorang & Amara, 1991; Matsuda,
Lolait et al., 1990; Chen, Mestek et al., 1993)
Han descubierto su localización en el cerebro y los
neurotransmisores asociados a estos receptores (Koob, 1992;
Self, Institute of Medicine, 1996); demostraron la activación
de esas áreas durante la adicción, el síndrome de abstinencia
y los deseos por drogas (Grant, London et al., 1996; Volkow,
Ding et al., 1996); identificaron y separaron los mecanismos
productores de la conducta de búsqueda y la dependencia física
de drogas (Wise & Bozarth, 1985; Maldonado, Saiardi et al.,
1997); desarrollaron modelos animales de auto administración
de drogas (koob, 1995); y mas importante que todo, demostraron
la importancia del sistema mesolímbico de dopamina, en la
disfunción adictiva producida por la drogas de abuso.
De esta manera se va aclarando científicamente el papel de la
química cerebral en el desarrollo de la adicción.
Los factores de personalidad juegan un rol en el desarrollo de
la adicción, teniendo en cuenta que algunas características de
la personalidad, tales como la baja tolerancia a la
frustración y la dificultad para lidiar con los sentimientos
propios, son factores que facilitan la aparición del desorden
adictivo; ningún estudio ha podido ser conclusivo en la
existencia de una "personalidad adictiva". Y la experiencia
clínica demuestra que existen adictos con diversos tipos de
personalidad.
Acerca de los factores familiares, se acepta que la familia
adictiva posee por regla general la marca de la adicción en su
dinámica, generándose patrones disfuncionales de interacción
que van formando al niño de manera que lo predisponen al
desarrollo de las adicciones y dificulta la intervención
constructiva de la familia una vez instalado el desorden,
eliminando la posibilidad de que la familia sea un factor
preventivo o contentivo para la aparición de estos desordenes
en sus miembros.
Fuente:
Dr.Saúl
Alvarado
Médico Adiccionista
- adicciones.org
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