Una función
importante de los padres es hablarle a los niños acerca
del amor, la intimidad y el sexo. Los padres pueden
ayudar mucho si crean una atmósfera positiva en la cual
se pueda hablar con sus hijos acerca de estos temas. Sin
embargo, muchos padres evitan o posponen esta discusión.
Cada año cerca de un millón de niñas adolescentes queda
embarazada en los Estados Unidos y tres millones de
adolescentes se contagia con una enfermedad transmitida
sexualmente. Los niños y adolescentes necesitan
información y dirección de sus padres para ayudarlos a
tomar decisiones saludables y apropiadas con respecto a
su comportamiento sexual, ya que pueden estar
confundidos y estimulados en exceso por lo que ven y
escuchan. La información sobre el sexo obtenida por los
niños de la internet puede a menudo ser inexacta y/o
inapropiada.
Hablar acerca del sexo puede ser muy incómodo tanto para
los padres como para los niños. Los padres deben de
responder a las necesidades y al nivel de curiosidad de
cada niño en particular, ofreciendo ni más información
ni menos de la que el niño pregunta y tiene la capacidad
para entender. Puede ser de mucha ayuda el pedir consejo
a ministros o sacerdotes, pediatras, médicos de familia
o cualquier otro profesional de la salud. Los libros que
usan ilustraciones o diagramas pueden ayudar en la
comunicación y el entendimiento.
Los niños tienen distintos niveles de curiosidad y de
entendimiento dependiendo de su edad y nivel de madurez.
A medida que crecen, los niños frecuentemente preguntan
más detalles acerca del sexo. Muchos niños tienen sus
propias palabras para las partes del cuerpo. Es
importante hacer uso de las palabras que ellos conocen y
con las que ellos se sienten más cómodos, de manera que
se haga más fácil hablarles. Un niño de 5 años puede
conformarse con la contestación sencilla de que los
bebés vienen de una semilla que crece en un sitio
especial dentro de la madre. El papá ayuda cuando su
semilla se combina con la semilla de la mamá, lo que
hace que el bebé comience a crecer. Un niño de 8 años
puede querer saber cómo la semilla del papá llega hasta
la semilla de la mamá. Los padres pueden entonces hablar
acerca de cómo la semilla del papá (o espermatozoide)
que viene de su pene se combina con la semilla de la
mamá (o huevo) en su útero. Entonces el bebé crece en la
seguridad del útero de la mamá por nueve meses hasta que
está suficientemente fuerte para nacer. Un niño de 11
años puede querer saber aún más y los padres pueden
ayudar hablándole acerca de cómo un hombre y una mujer
se enamoran y entonces pueden decidir tener relaciones
sexuales.
Es importante hablar acerca de las responsabilidades y
consecuencias de tener una vida sexual activa. El
embarazo, las enfermedades transmitidas sexualmente y
los sentimientos o emociones acerca del sexo son temas
importantes que deben de ser discutidos. El hablar con
sus hijos puede ayudarlos a tomar las mejores decisiones
para ellos sin sentirse presionados para hacer algo
antes de que estén listos. Si se ayuda a que los niños
entiendan que éstas son decisiones que requieren madurez
y responsabilidad, se aumenta la probabilidad de que
escojan las decisiones buenas o correctas.
Los adolescentes tienen la capacidad para hablar acerca
de amoríos y del sexo en términos de sus citas ("dating")
y relaciones amorosas. Ellos pueden necesitar ayuda para
lidiar con la intensidad de sus emociones sexuales, su
confusión con respecto a su identidad sexual y su
comportamiento sexual en una relación. Las
preocupaciones acerca de la masturbación, la
menstruación, las medidas contraceptivas, el embarazo y
las enfermedades transmitidas sexualmente son comunes.
Algunos adolescentes también batallan con los confilctos
acerca de los valores familiares, religiosos o
culturales. La comunicación abierta y la información
precisa que brinden los padres aumenta las
probabilidades de que los adolescentes pospongan el sexo
y de que usen los métodos apropiados de control de la
natalidad una vez que comiencen su vida sexual.
Al hablar
con su niño o adolescente, es de gran ayuda el que:
• Estimule a su hijo a
hablar y a hacer preguntas.
• Mantenga una atmósfera calmada y libre de críticas
para sus discusiones.
• Use palabras que se entiendan y hagan que el niño se
sienta cómodo.
• Trate de determinar cuál es el nivel de conocimiento y
entendimiento del niño.
• Mantenga su sentido de humor y no tenga temor de
hablar acerca de su propia incomodidad.
• Establezca la relación entre el sexo y el amor, la
intimidad, el hacerse cargo de los otros y
el respeto propio y por su pareja.
• Comparta abiertamente sus valores y sus preocupaciones.
• Discuta la importancia de la responsabilidad al
escoger y tomar decisiones.
• Ayude a su hijo a considerar los puntos a favor y en
contra de sus alternativas.
Al desarrollar una
comunicación abierta, sincera y continua acerca de la
responsabilidad, el sexo y las alternativas, los padres
pueden ayudar a sus hijos a aprender acerca del sexo de
una manera positiva y saludable.
FUENTE:
American Academy of Child and
Adolescent Psychiatry
(AACAP)
representa
a más de 6,900 siquiatras de niños y adolescentes
Hoy en día los
adolescentes de ambos sexos confrontan un riesgo serio
de infección por el VIH, que a su vez causa el SIDA. El
SIDA es una enfermedad crónica y en la mayoría de los
casos es mortal. A pesar de que existe un mayor
entendimiento y conciencia, la infección del VIH es una
amenaza seria para los adolescentes heterosexuales tanto
como para los homosexuales. Cuando los adolescentes se
toman ciertos riesgos, es más probable que se contagien
con el VIH y que desarrollen el SIDA.
Estos son los datos más importantes acerca del SIDA:
• El SIDA es una
enfermedad mortal.
• Cualquiera se puede contagiar con el SIDA – muchos
adolescentes (ambos, niños y niñas)
han sido infestados.
• Los condones pueden reducir el riesgo de contagiarse
con el SIDA.
• El SIDA se puede contraer después de una sola
inyección con una aguja contaminada o
de un solo acto sexual con una persona que tiene el
VIH/SIDA.
El riesgo de contraer el SIDA aumenta con:
• Un número creciente de
compañeros sexuales
• El uso de drogas intravenosas
• Las relaciones anales
• Cualquier tipo de relaciones sexuales (oral, anal o
vaginal) sin el uso de condones
• El uso de bebidas alcohólicas o de drogas (el sexo es
más impulsivo y hay menos posibilidad
de
que se use un condón si la persona
está bajo la influencia del alcohol o
de otras drogas)
• Los tatuajes y el agujerearse el cuerpo con agujas o
instrumentos contaminados (sin esterilizar).
El SIDA
(Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) es una
enfermedad crónica causada por una infección del VIH
(Virus de Inmunodeficiencia Humana). Se cree que hay
millones de americanos infectados con el VIH. Algunos de
ellos han desarrollado el SIDA, pero la mayoría no
presenta aún ningún síntoma y muchos no saben que están
infectados. A pesar de los adelantos significativos en
los medicamentos disponibles para el tratamiento del
SIDA, no hay cura definitiva o vacunas que puedan
prevenir la enfermedad. Existen nuevos tratamientos que
han permitido que muchas personas con el SIDA puedan
vivir por más tiempo. El SIDA se puede prevenir evitando
los comportamientos que exponen al individuo a un
riesgo.
El VIH se transmite a través del intercambio de ciertos
fluídos del cuerpo, tales como la sangre, el semen, las
secreciones vaginales y la leche materna. Para producir
una infección, el virus tiene que pasar al cuerpo a
través de la piel o de las membranas mucosas.
La infección del VIH se puede prevenir. El conocimiento
acerca del VIH es un aspecto importante para la
prevención. Los padres deben de instruir a sus hijos y
cooperar con las escuelas, iglesias, grupos juveniles y
profesionales de la salud para asegurarse que tanto
niños como adolescentes reciban instrucción acerca del
sexo y tomen cursos sobre la prevención del abuso de
drogas que incluyan información acerca del VIH.
El virus (VIH) muere rápidamente una vez que está fuera
del cuerpo humano. No puede transmitirse a través de
contactos cotidianos o sociales que no sean los
mencionados arriba. Los familiares de una persona
infestada con el VIH no pueden contagiarse usando el
mismo vaso que el paciente usó para beber. No se conoce
de ningún caso en el que el niño infectado con VIH le
haya transmitido el virus a otro niño en el curso de las
actividades escolares.
La infección del VIH ocurre en grupos de todas las
edades. Un veinticinco porciento de los bebés que nacen
de madres infectadas desarrollan la infección del VIH.
Muchos de estos niños se mueren antes de llegar al año o
a los dos años de edad y, aunque algunos viven por años,
su desarrollo se atrasa y contraen muchas infecciones.
Las madres en estado de embarazo y que tienen VIH tienen
que tener tratamiento especial para tratar de evitar el
que se transmita el virus a sus fetos. Existen nuevos
tratamientos para las mujeres embarazadas que pueden
reducir el riesgo de transmisión del virus a menos de
uno en diez niños de madres que resultan positivas con
el VIH.
El abuso de las drogas y/o el alcohol y la promiscuidad
sexual y/o prematura son comportamientos altamente
arriesgados. Una evaluación por un siquiatra de niños y
adolescentes puede ser un primer paso importante para
ayudar a la familia a responder efectivamente a los
comportamientos que implican un alto riesgo para los
niños y los adolescentes
FUENTE:
American Academy of Child and Adolescent Psychiatry
(AACAP)representa a más de 6,900 siquiatras de niños y adolescentes
Los niños
nacidos en los Estados Unidos a madres adolescentes
corren el riesgo de tener problemas a larga duración en
muchos aspectos importantes de la vida, incluyendo el
fracaso en la escuela, la pobreza y las enfermedades
físicas o mentales. Las madres adolescentes también
corren el riesgo de tener ellas mismas estos problemas.
El embarazo durante la adolescencia presenta normalmente
una crisis para la niña que está en estado y para su
familia. Las reacciones más comunes incluyen la ira, la
culpabilidad y el negarse a admitir el problema. Si el
padre es joven también y se involucra, es posible que
las mismas reacciones ocurran con su familia.
Las adolescentes que están embarazadas pueden privarse
de asistencia médica durante su embarazo, lo que resulta
en un riesgo mayor de tener complicaciones médicas.
Estas adolescentes necesitan comprensión especial,
atención médica e instrucción—especialmente acerca de la
nutrición, las infecciones, el abuso de substancias y
las complicaciones del embarazo. También necesitan
aprender que fumar, tomar bebidas alcohólicas y usar
drogas pueden hacerle daño al feto que se está
desarrollando. Todas las adolescentes embarazadas deben
de recibir atención médica durante la primera etapa del
embarazo.
Las
adolescentes embarazadas pueden tener diferentes tipos
de reacciones emocionales:
• Puede que
algunas no quieran tener el bebé.
• Lo pueden querer de manera confusa e idealizada.
• Otras adolescentes pueden ver la creación de otra vida
como un logro
extraordinario,
pero sin darse cuenta de las
responsabilidades que esto conlleva.
• Algunas pueden querer quedarse con el bebé para
complacer a otro miembro de la familia.
• Algunas pueden querer al bebé por tener alguien a
quien amar, pero no
se dan cuenta de la
cantidad de atención que requiere la
criatura.
• Muchas no pueden anticipar que ese bebé tan adorable
puede hacer
demandas constantes o ser muy irritante.
• Algunas se sienten abrumadas por la culpabilidad, la
ansiedad y el miedo al futuro
• La deprersión es muy común entre las adolescentes
embarazadas.
Puede haber momentos en los que las reacciones
emocionales y el estado mental requieran que se refiera
a un profesional de la salud cualificado.
Los bebés nacidos a adolescentes corren el riesgo de ser
abandonados y abusados porque la madres jóvenes no saben
cómo criarlos y están muy frustradas por las demandas
constantes del cuidado de los pequeños. Los padres de
adolescentes pueden prevenir los embarazos de sus hijas
mediante una comunicación abierta y si les dan consejos
acerca de la sexualidad, anticoncepción y de los riesgos
y las responsabilidades que conllevan las relaciones
sexuales y el embarazo. Algunas adolescentes tienen que
dejar de ir a la escuela para tener al bebé y luego no
regresan. Así, la adolescente embarazada pierde la
oportunidad de aprender las destrezas necesarias para
obtener empleo y para sobrevivir en el mundo de los
adultos. Las clases en la escuela acerca de la vida en
familia y la educación sexual, así como las clínicas que
ofrecen información a los jóvenes acerca de la
reproducción y el control de la natalidad, pueden
también ayudar a prevenir el embarazo no deseado.
Si la adolescente queda embarazada, es imperativo que
tanto ella como su familia reciban consejería sincera y
sensitiva acerca de las opciones disponibles, desde el
aborto hasta dar en adopción al bebé. Deben existir
sistemas de apoyo especiales, incluyendo consultas a un
siquiatra de niños y adolescentes cuando sea necesario,
que ayuden a la joven durante el embarazo, en el momento
de dar a luz y en el de tomar la decisión de quedarse
con el bebé o darlo en adopción
FUENTE:
American Academy of Child and Adolescent Psychiatry
(AACAP)representa
a más de 6,900 siquiatras de niños y adolescentes
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