Quizás sea una obviedad, pero debemos mencionar que
las personas que mantienen relaciones frecuentes con diversas parejas son
las que más probabilidades tienen - por la repetición del impacto- de
contraer estas patologías (ETS). O sea que si hay mucha variación y
promiscuidad también hay más riesgo. Una de las preguntas sería: "¿si
salgo con una nueva pareja: cómo puedo darme cuenta que tiene algo que me
contagie?" Si pensamos que son muchas las ETS y muy variados los síntomas
y signos que presentan, habría que ser médico especialista para
detectarlas aunque hay ciertas evidencias que nos pueden orientar. Pero en
todos los casos la salvedad primordial es:
HAY QUE USAR
PROFILÁCTICO
Mas lo cierto es que, a pesar de todo lo que se ha
hablado, hay muchas personas (especialmente varones) que rechazan el
preservativo y algunas mujeres se dejan convencer por el discurso
insostenible de estos individuos.
Si
sabemos o sospechamos que esa persona con la cual empezamos a salir ha
cambiado muchas parejas y ostenta una vida sexual muy alternante y
prolífica sabemos que tiene más posibilidades de haberse contagiado y éste
sería el primer elemento a tener en cuenta. Pero puede darse el caso que
uno no sepa cuál es la vida sexual de su nuevo partenaire y entonces hay
algunos datos que no podemos soslayar:
1. Si hay lastimaduras o manchas en la piel (palma
de las manos y de los pies especialmente), erupciones o llagas y lesiones
ulceradas en zona genital que nos pueda hacer pensar en lesiones
sifilíticas.
2. Si hay secreciones ("flujo") en la vagina,
amarillentas o blancuzcas, que pueden ser malolientes; propias de los
hongos, las tricomonas y la gonococcia (blenorragia).
3. Si hay supuraciones a través del orificio de la
uretra, o sea el orificio externo, que nos haga pensar en una blenorragia
o gonorrea (llamada popularmente "purgación").
4. Si hay irritación y enrojecimiento con granitos
en el glande que podría indicar una infección bacteriana o micótica (hongos)
del pene.
5. Si sabemos que esa persona se queja de ardor
miccional, vaginal o vulvar (vaginitis, herpes, tricomoniasis).
6. Si se rasca con frecuencia en la zona pubiana,
propio de una micosis o de la pediculosis ("ladilla", un tipo de piojo que
ataca el vello del pubis).
7. Si hay erosiones pequeñas en zona genital o
ganglios (granulomas, chlamydias, SIDA).
8. Si vemos lesiones en forma de vesículas, a veces
asociadas con ardor o dolor, puede suponerse un herpes virus, sobre todo
cuando es recurrente y aparece periódicamente.
9. Si esa pareja tiene fiebre persistente puede
hacernos pensar que padece una virosis de tipo hepatitis B ( también se
puede presentar ictericia - color amarillo- ), por SIDA o, incluso, por
chlamydias.
10. Si notamos una coloración amarillenta de la piel
y conjuntivas junto a diarreas y dolores abdominales nos orientarán hacia
una hepatitis B (que es altamente contagiosa por vía sexual).
11. Cuando detectamos la presencia de verrugas en el
glande del pene o en la vulva, a veces con picazón y ardor, que nos haga
suponer un HPV (virus del papiloma humano).
12. Si notamos que hay rascado por picazón de la
piel o mucosas anal o vulvar podemos pensar en ciertas parasitosis
Como habrán visto no es tan fácil detectar todos o algunos de estos
síntomas ni tampoco podemos tener una actitud médica con cada pareja que
salgamos pero sí alertarnos cuando algo de lo mencionado salta
groseramente a la vista y tomar algunas prevenciones mínimas (además del
uso imprescindible del condón) que podrían ser:
Sobre el uso del profiláctico habría que aclarar varias cosas:
Nunca usarlo cuando haya estado abierto antes pues se deteriora
si se lo guarda fuera
de su envase original o se lo mantiene en lugares calurosos y
húmedos
No usarlo si estuvo cerca de una fuente de calor
No utilizarlo si detectamos una rotura o pinchadura o si ha
pasado su fecha de vencimiento
Sólo desenrollarlo en el momento de colocarlo y hacerlo cuando el
pene está en erección, cuidando de dejar un espacio pequeño en la punta para
que no haya presión
seminal en el momento de la eyaculación
Al retirarlo luego de eyacular se tendrá el cuidado de sostener
con los dedos la parte
posterior (donde está el anillo) para evitar que se quede en la
vagina con eventual
derramamiento de semen dentro de ella.
Descartarlo luego de usarlo
Si se usa un
lubricante íntimo
para evitar erosiones en la pared vaginal o anal que
produzcan una puerta de entrada a infecciones, NO se deberá usar
un lubricante que sea
un derivado del petróleo (lanolina, vaselina o similares) y sí
los indicados para tal fin.
Si se realiza una penetración anal nunca se debe efectuar luego
una penetración vaginal,
salvo cambio del profiláctico o, si no se lo usó, lavar el pene
con agua y jabón, porque de lo
contrario se corre el riesgo de producir vaginitis por entrada
de gérmenes intestinales