Que significa tener escrúpulos para los
abortistas?...
La noción de que las enfermeras, los
médicos, los asesores y otros que trabajan
en el campo del aborto tienen escrúpulos
sobre el trabajo que hacen es un secreto
bien guardado.
Una enfermera de Seattle, Estado de
Washington, habló de la observación de su
primer aborto en los últimos trimestres,
hecho por un método de dilatación y
evacuación. "Estaba observando al médico
luchar con la cánula, tratando de sacarla",
dijo, "No entendía de qué se trataba toda la
resistencia. Y estaba muy alarmada y de
repente el médico sacó la cánula y allí,
cuando yo estaba al lado de la mujer, miré
la cánula abajo y había un pie que
sobresalía". Nunca olvidaré el sentimiento
que tuve en mi pecho cuando el médico sacó
aquella cánula. Casi me dejó sin
respiración. Porque la realidad de esto era
muy dura para mí."
Un médico del Estado de Nuevo México dijo
que a veces estaba sorprendido por la ira
que podía despertar en él un aborto en uno
de los últimos trimestres. Por una parte, el
médico dijo que estaba enfadado con la
mujer. "Pero paradójicamente", añadió,
"tengo sentimientos de enojo hacia mí mismo
por sentirme bien al hacer un procedimiento
técnicamente bueno que destruye un feto, que
mata a un bebé".
Una cosa que no cambia con el momento [de la
gestación], sin embargo, son las clases de
preguntas que hacen las pacientes. Preguntas
que a veces dejan perplejo al personal. Se
preguntan, [por ejemplo], si el feto siente
dolor. Hablan del alma y adónde va. Y de sus
sueños, en los que fetos abortados les miran
fijamente con ojos de más edad y manos y
pies perfectamente formados, preguntando:
"¿Por qué? ¿Por qué me hiciste esto?"
"Esta es una gran preocupación" tanto para
el personal como para las pacientes, dijo
una empleada de una clínica del Estado de
Massachusetts". Después de todo, dijo, "es
un cuerpo desmembrado".
Las pacientes a veces también piden ver los
restos fetales. Una médico de Toronto,
Canadá, dijo que no sabía "cómo y si
[debiéramos] proteger a la paciente de la
realidad del procedimiento". Dijo que
usualmente ocultaba la pantalla de
ultrasonidos y "apartaba a toda velocidad"
los "productos fetales". "Probablemente no
está preparada para lo que va a ver", dijo
de la paciente. Es duro estar en una
profesión "donde lo pasas mal respondiendo
las preguntas que otras personas te hacen
sobre lo que haces", dijo. "Llegas a no
sentirte tan bien sobre lo que estás
haciendo..."
A veces estos sentimientos salen a la
superficie con las pacientes. Una enfermera
que había trabajado en una clínica de
abortos durante menos de un año dijo que sus
momentos más perturbadores no tuvieron lugar
en la sala de operaciones sino después.
Muchas veces, dijo, las mujeres que acababan
de tener abortos yacían en la sala de
recuperaciones y gritaban: "¡Acabo de matar
a mi bebé! ¡Acabo de matar a mi bebe!" "No
sé que decir a estas mujeres", dijo la
enfermera al grupo. "Parte de mí piensa:
'Quizás tengan razón'".
FUENTE:
Diane M. Gianelli, "Los proveedores
de abortos comparten conflictos internos,"
American Medical News (12 de julio de 1993).
Fuente:vidahumana.org
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Lo que dicen ex empleadas de clínicas de
abortos en EE.UU.
Judith Fetrow |
Judith Fetrow: "Es difícil trabajar
practicando abortos durante un tiempo y
creer que es un procedimiento seguro. Aún
con los mejores médicos los abortos tienen
muchas complicaciones menores y a veces
mayores. Yo observé al Dr. William Pierd
perforarle el útero a una mujer y después
mentir acerca de la gravedad de la
perforación.
"La complicación más horrible que presencié
fue la de una mujer que dejó de respirar
durante el aborto. El Dr. Michael Sussman
salió del salón cuando acabó. A pesar de que
le dije que la clienta no respiraba, me dejó
sola con ella. Cuando regresó el médico, ni
siquiera siguió el procedimiento indicado
para esa situación. Fue un milagro que la
mujer no muriera.
"Aunque se puede impedir que los empleados
vean los cuerpos despedazados de los bebés,
no hay vacuna para hacerlos inmunes al olor
de sangre, que penetra la clínica los días
de matanza. Generalmente hay un empleado
encargado de los bebés. Ninguno de la
Federación de Planificación de la Familia de
los Estados Unidos o PPFA (Planned
Parenthood Federation of America) quería ese
puesto.
"Empecé a preguntarme si de veras estábamos
cuidando a esas mujeres o si sólo estábamos
trabajando en un negocio más, sólo por
interés.
"La empleada común de una clínica no sabe
que hay demandas judiciales contra la
clínica donde ella trabaja. La Federación de
Planificación de la Familia de los Estados
Unidos o PPFA (Planned Parenthood Federation
of America), no quiere que se hablen de
complicaciones ni de errores. Sus empleados
no tienen información sobre las lesiones y
las muertes [de mujeres] que ocurren en las
clínicas afiliadas.
"¿Quieren saber la verdad? Nunca las ví [a
las que venían a practicarse el aborto] como
mujeres. Para mí, si ellas eran tan
estúpidas como para creer nuestras mentiras,
entonces merecían exactamente lo que íbamos
a darles. Y ése era el modo en que yo
trataba a todas y a cada una de ellas.
"... en nuestras clínicas a nuestros médicos
no les importan sus pacientes, eso es común
en todo el país... Los ginecólogos que
trabajaban en su práctica privada y que
también venían a nuestra clínica, si alguna
de sus pacientes tenía algún problema
después, me llamaban a mí. Eso es común...
No soy médico, ni estoy entrenada para
evaluar problemas como la hemorragia post
quirúrgica, etc. No tengo la capacidad de
poder diagnosticar y dar el tratamiento,
pero se me requerían ambas cosas y las hice
durante tres años. Cuando me llamaban
después del trabajo y decían: 'Tengo
hemorragia, ¿qué hago?' Ese era mi problema,
no el del médico. Yo era la persona de
guardia, yo era quien recetaba los
medicamentos.
"Teníamos un desmenuzador de papeles en mi
oficina para ese propósito, de modo que si
el fiscal viniera al día siguiente, no iba a
encontrar ningún informe.
"Imagínense que...como sabíamos que podíamos
controlar la conversación...le decía a ella
[la clienta]: 'yo me preocupo por usted,
tengo las cosas bajo control, soy adulta y
he hecho esto anteriormente, yo soy la
respuesta a su problema, no importa lo que
sea'. Era como estar vendiendo. Yo era un
instrumento de ventas.
"Como pueden ver, es un proceso que sucedió
y que les sucede a otras personas que
trabajan en la industria, no importa cuál
sea su posición. Lo que motiva y maneja la
industria es el dinero. Pero existe este
secreto del cual nadie habla, y que consiste
en que tengamos que fingir y presentar una
imagen de que nos preocupamos por alguien,
porque si la gente de veras nos viera como
somos y pudiera ver nuestros corazones, el
aborto no tendría el nivel de respeto que
parece tener en...este país en general.
"Ustedes pueden oir que los medios de
comunicación dicen que nos preocupamos por
las mujeres. Que estamos luchando por el
derecho de las mujeres, por el derecho de
poder escoger el aborto. Y esto suena tan
maravilloso. Y el público de los Estados
Unidos se ha creído ese paquete de mentiras.
Detrás de puertas cerradas acostumbrábamos a
bromear acerca del término 'pro opción' [= a
favor del aborto]. En nuestra clínica la
única opción era que la clínica consiguiera
su negocio. No había otra opción.
Hellen Pendley: "Llegué a una compañía bien
establecida, una de las más grandes en la
nación. Opera clínicas de aborto aún hoy en
día, doce clínicas a través de los Estados
Unidos.
"En el Estado de Georgia, que es de donde
procedo y donde manejé esta clínica privada,
teníamos el control del Estado. Pero el
Estado no requería que tuviéramos equipos
para sostener la vida, ni necesitábamos
equipo para el salón de recuperación, aunque
hacíamos abortos con anestesia general.
"Yo estaba empezando a ver las cosas como
las ven los abortistas, es decir, que
mientras más abortos practicáramos, más
dinero íbamos a ganar.
"Parte de mi trabajo en la industria era
formar una asociación con otros abortistas,
de modo que formamos un grupo llamado
'Georgia Abortion Providers' ['Proveedores
de Abortos del Estado de Georgia']. Era un
grupo de cabildeo...parte [del objetivo] de
esta cadena de abortistas era intercambiar
ideas. El Atlanta Surgery Center [Centro de
Sirugía de Atlanta] en Atlanta,
Georgia...estuvo en las noticias el 11 de
marzo de 1989, cuando Catherine Pierce
sufrió un paro cardíaco. El fiscal del
distrito vino al día siguiente y citó el
expediente médico. No cerraron esa clínica,
pero tomaron los expedientes médicos y se
convocó una reunión para que todos nosotros
no hablásemos sobre Catherine Pierce ni
sobre el hecho de que ella estaba en coma e
iba a morir, y ella murió en octubre,
después de pasar muchos meses en una
clínica. Nunca salió del coma. Nadie
mencionaba a Catherine Pierce. Nadie dijo:
'¿qué hay de esa pobre mujer?' ¿Saben por
qué? Porque no nos importaba lo que le
pasara a ella. Nos preocupaba lo que nos
podía pasar a nosotros. Hablábamos sobre qué
podíamos hacer en caso de muerte, para que
no nos atraparan. Ese era nuestro objetivo.
"En el futuro, creo que tendremos que
enfrentarnos con una generación de mujeres
que tendrán hepatitis B, que tendrán SIDA,
porque lo han contraído a través de un
aborto. Si se vuelve a usar una cánula de
aspiración al vacío, se infectará a la
persona siguiente. Cuando alguien está
ocupado en una clínica no tiene tiempo para
esterilizar los instrumentos, sino que los
lava, los vuelve a empacar y a usar. Y
cuando el Estado viene a inspeccionar sus
libros, tienen esas cintas que se ponen en
el autoclave, se les pone una fecha, las
ponemos a manotadas y las sacamos, para
mostrar que pusimos 15 veces a esterilizar
los instrumentos en un día, cuando no fue
así.
"¿Abortos incompletos? Ocurren muy
frecuentemente. Yo los archivaba en mi
oficina por separado; los mantenía bajo
llave y nadie en lo absoluto tenía acceso a
ellos sino yo. Ésas eran nuestras pacientes
problemáticas. A ellas las sacaban de los
archivos regulares porque no querían que
ningún inspector que viniera sacara esos
papeles. Eran de las mujeres que yo sabía
que habíamos enviado a sus casas sangrando,
o con otro problema. Eran las que yo sabía
que iríamos a oír de ellas otra vez. Cuando
yo empecé a trabajar allá teníamos un libro
para anotar las complicaciones. Yo le
pregunté al personal como hacían para
recoger los datos para sus estadísticas. Me
respondieron: 'Bueno, adivinamos'. Yo dije:
'Bueno, ustedes adivinan cuántas pacientes
tienen complicaciones después de un aborto'.
De modo que yo les digo esto porque si
ustedes miran las estadísticas de los
Centros para el Control de las Enfermedades
[de los Estados Unidos], otras estadísticas
que ustedes encontrarán y que muestran lo
'seguro' que es el aborto legal, tienen que
entender quién reporta esas estadísticas.
Tengo un memorandum que vino de nuestro
director nacional en esta compañía, y que
establece que no se debe reportar si no hay
hospitalización. No importa cuántas veces se
perfora un útero, se taponea, se le da
masajes al útero...y se les envía a su casa,
no se reporta.
"Un incidente en particular que tuvimos
cuando yo estaba trabajando en la clínica
fue el caso de una niña de 14 años de edad.
Su médico vino y me dijo: 'Hellen, yo le
perforé el útero y le saqué el intestino.
¿Qué hago?' Entendí lo que él me quería
decir. No me estaba preguntando qué debía
hacer como médico; me preguntaba qué debía
hacer para asegurarse de que todo seguiría
escondido. Se tomó la decisión de meterle el
intestino de nuevo y enviarla a su casa,
porque les puedo asegurar que la vida y la
muerte no significan nada en una clínica. Si
no se respeta la vida del recién nacido,
¿cómo se puede respetar la vida de la madre
y por qué?
"Si ella sobrevivió o murió no lo sé.
Quisiera poder decirles que a mí me
importaba, pero eso no era así, ya que yo no
estaba allí para cuidar a las mujeres...Hay
muchas cosas que pasan en una clínica que no
se tolerarían si sucedieran en cualquier
otra rama de la medicina. Y lo digo hablando
como alguien [de] la industria de la
medicina, pero es importante que entiendan
hasta qué punto llega la gente en esa
industria para preservar su imagen. No hay
nada que sea demasiado bajo. Lo digo porque
quiero que me entiendan que cuando yo
trabajaba en eso no había intención de
ayudarle a nadie. Yo misma buscaba tener
dinero, así como una posición de poder y no
me importaba sobre cuántos cadáveres tenía
yo que pasar para llegar allá. Yo iba al
laboratorio todos los días y veía bebés
muertos todos los días durante tres
años...Nunca...me importó. Si podía ver 50,
estaba contenta. ¿Sabe que quería eso decir?
Que yo iba a recibir un buen bono la próxima
vez que me pagaran.
FUENTE: Tomado del video "Abortion, The
Inside Story" de la organización pro vida "The
Pro-Life Action League" ("La Liga de Acción
por la Vida"), 1995. Traducido, doblado y
distribuido por Vida Humana Internacional.
Fuente:vidahumana.org
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