Señor del
amor
insondable misterio que se esconde
en cada alma
en cada cuerpo
en cada rosa
en cada gota de agua o lágrima
en cada pensamiento
en el aire
Y lo sé, lo
conozco, lo he vivido
lo intuyo
siempre
vive aquí, fuera y dentro, latente
y me acompaña, me entristece y me da alivio
y mi ser entero le suplica su presencia
aunque se que no se aleja jamás
vive en mi esencia
Que forma parte de todo
lo que es
que existe en todo lo que está
y mi ser grita de nuevo ¡que me ha creado!
¡soy su criatura, su pertenencia, su oficio!.
Señor de la tristeza y la
amargura
Señor de la risa y de los niños
Señor de las montañas y los lirios
Señor de una muerte que no existe
Señor de una vida que no vivo
El conoce mi alma desnuda
mi pensamiento, mi fe, mis sentidos
mujer de amor y humedades
de lágrimas y delirios
de pasión y sacrificios
Aquí estoy Señor tu
hechura
líbrame por tu amor yo te lo pido
guardame para ti te lo suplico
en esta libertad que desconozco
llevame de la mano como a un niño
que quiero conocer tu paraiso
Que quiero perderme
en tus estrellas
de ellas se apagará la luz que tienen
y yo viviré eternamente en tus moradas
quiero ser feliz con tus destellos
en ésta eternidad que me deparas.
Autor: Rosa María Carrera
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