Mateo 26:36-46
Jesús ora en Getsemaní
Luego fue Jesús con sus discípulos a
un lugar llamado Getsemaní, y les dijo: "Siéntense aquí mientras voy más
allá a orar."
Se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a sentirse
triste y angustiado.
"Es tal la angustia que me invade, que me siento morir --les dijo--.
Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo."
Yendo un poco más allá, se postró sob re su rostro y oró: "Padre mío, si
es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo
quiero, sino lo que quieres tú."
Luego volvió a donde estaban sus discípulos y los encontró dormidos.
"¿No pudieron mantenerse despiertos conmigo ni una hora? --le dijo a
Pedro--.
Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está
dispuesto, pero el cuerpo es débil."
Por segunda vez se retiró y oró: "Padre mío, si n o es posible evitar
que yo beba este trago amargo, hágase tu voluntad."
Cuando volvió, otra vez los encontró dormidos, porque se les cerraban
los ojos de sueño.
Así que los dejó y se retiró a orar por tercera vez, diciendo lo mismo.
Volvió de nuevo a los discípulos y les dijo: "¿Siguen durmiendo y
descansando? Miren, se acerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser
entregado en manos de pecadores.
¡Levántense! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!"
Esta maravillosa oracion hizo Jesus al Padre:
Juan 17
......, dirigió la mirada al cielo y oró así: "Padre, ha llegado
la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti, ya
que le has conferido autoridad sobre todo mortal para que él les
conceda vida eterna a todos los que le has dado.
Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios
verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.
Yo te he glorificado en la tierra, y he llevado a cabo la obra que me
encomendaste.
Y ahora, Padre, glorifícame en tu presencia con la gloria que tuve
contigo antes de que el mundo existiera.
"A los que me diste del mundo les he revelado quién eres. Eran
tuyos; tú me los diste y ellos han obedecido tu palabra.
Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, porque les he
entregado las palabras que me diste, y ellos las aceptaron; saben
con certeza que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.
Ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que me has dado,
porque son tuyos.
Todo lo que yo tengo es tuyo, y todo lo que tú tienes es mío; y por
medio de ellos he sido glorificado.
Ya no voy a estar por más tiempo en el mundo, pero ellos están todavía
en el mundo, y yo vuelvo a ti. "Padre santo, protégelos con el
poder de tu nombre, el nombre que me diste, para que sean uno, lo
mismo que nosotros.
Mientras estaba con ellos, los protegía y los preservaba mediante
el nombre que me diste, y ninguno se perdió sino aquel que nació
para perderse, a fin de que se cumpliera la Escritura.
"Ahora vuelvo a ti, pero digo estas cosas mientras todavía estoy en el
mundo, para que tengan mi alegría en plenitud.
Yo les he entregado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son
del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno.
Ellos no son del mundo, como tampoco lo soy yo.
Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad.
Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo.
Y por ellos me santifico a mí mismo, para que también ellos sean
santificad os en la verdad.
"No ruego sólo por éstos. Ruego también por los que han de creer en mí
por el mensaje de ellos,
para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en
ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el
mundo crea que tú me has enviado.
Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como
nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí. Permite que alcan
cen la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me
enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí.
"Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo es
toy. Que vean mi gloria, la gloria que me has dado porque me
amaste desde antes de la creación del mundo.
"Padre justo, aunque el mundo no te conoce, yo sí te conozco, y éstos
reconocen que tú me enviaste.
Yo les he dado a conoc er quién eres, y seguiré haciéndolo, para que
el amor con que me has amado esté en ellos, y yo mismo esté en ellos."
(Biblia NVI)
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