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                  Haz el bien, y te irá bien
                  
                  El que nada debe, nada teme, pero el malvado siempre huye
 aunque nadie lo persiga.
 En un país lleno de maldad
 todos se creen líderes,
 pero el gobernante capaz
 logra poner el orden.
 El pobre que maltrata a otro pobre
 es como una tormenta
 que acaba con las cosechas.
 Los que se apartan de la ley
 aplauden a los malvados,
 pero los que la obedecen
 se oponen a ellos.
 Los malvados no entienden nada
 acerca de la justicia,
 pero los que obedecen a Dios
 demuestran que sí la entienden.
 Vale más el pobre honrado,
 que el rico malvado.
 El que es inteligente
 obedece la ley;
 el que todo lo malgasta,
 llena de vergüenza a su padre.
 Al que presta dinero
 y luego exige que
 le devuelvan el doble,
 Dios le quitará todo
 y hará que alguien
 de buen corazón
 se lo dé a los pobres.
 Dios rechaza las oraciones
 de los que no lo obedecen.
 Quien hace pecar al hombre honrado
 quedará atrapado en su propia trampa.
 Los que hacen el bien
 recibirán como premio el bien.
 Aunque el rico se crea muy sabio,
 el pobre con su inteligencia
 se da cuenta que el rico
 no es más que un tonto.
 El triunfo de los justos
 siempre es motivo de fiesta;
 el triunfo de los malvados
 espanta a todo el mundo.
 Quien esconde su pecado
 jamás puede prosperar;
 quien lo confiesa y lo deja,
 recibe el perdón.
 ¡Dios bendice a quienes lo obedecen!
 Pero los necios caen en la desgracia.
 El gobernante malvado
 que maltrata a un pueblo pobre
 es como un león hambriento
 que despedaza a su presa.
 El gobernante estúpido
 sólo piensa en maltratar y robar;
 pero el que no lo hace
 vivirá muchos años.
 El que mata a otro
 no merece ayuda.
 ¡Tarde o temprano
 le pasará lo mismo!
 El hombre honrado quedará a salvo;
 el de mala conducta un día caerá.
 El que trabaja
 tendrá suficiente comida;
 el que no trabaja
 acabará en la pobreza.
 El hombre digno de confianza
 siempre será alabado;
 el que sólo quiere hacerse rico
 no quedará sin castigo.
 No aceptes ser testigo falso
 contra ninguna persona;
 porque hay quienes lo hacen
 hasta por un pedazo de pan.
 Quien sólo vive
 pensando en dinero,
 acabará más pobre
 de lo que se imagina.
 El tiempo te demostrará
 que vale más
 una crítica sincera
 que un elogio.
 Amigo de gente malvada
 es quien roba a sus padres
 y alega que no ha hecho nada.
 El amor al dinero es causa de pleitos.
 Confía en Dios, y prosperarás.
 El necio confía en sí mismo;
 el sabio se pone a salvo.
 El que ayuda al pobre
 siempre tendrá de todo;
 el que no ayuda al pobre
 terminará en la desgracia.
 Cuando triunfan los malvados,
 todo el mundo corre a esconderse;
 pero cuando son destruidos,
 prosperan los hombres buenos.
 
                          
                          
                          (Biblia lenguaje sencillo)
 
 
                          
                          
                                            
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