Mateo 26:51-56
 

Arresto de Jesús
 


 

En eso, uno de los que estaban con él extendió la mano, sacó la espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja.
--Guarda tu espada --le dijo Jesús--, porque los que a hierro matan, a hierro mueren.
¿Crees que no puedo acudir a mi Padre, y al instante pondría a mi disposición más de doce batallones de ángeles?
Pero entonces, ¿cómo se cumplirían las Escrituras que dicen que así tiene que suceder?
Y de inmediato dijo a la turba: --¿Acaso soy un bandido,  para que vengan con espadas y palos a arrestarme? Todos los días me sentaba a enseñar en el templo, y no me prendieron.
Pero todo esto ha sucedido para que se cumpla lo que escribieron los profetas. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

(Biblia NVI)
 


 

 

 

 

 

 

 

 

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